Hace muy poco leí en las redes
sociales un artículo (consejo) muy bueno que hacía referencia al modo que se ha
de proceder en el momento de mandar un manuscrito (novela, trabajo, historia,
etc…) a una editorial para que se genere una mínima posibilidad de que te
publiquen. Lo cierto es que es de los más interesantes que he leído
hasta ahora, menos pretenciosos, menos demagogos y que van directos al grano
sin demasiadas florituras. Por ello voy a poner el enlace AQUÍ para que quien
quiera consultarlo entre y lo lea.
Aparte de eso, he de reconocer
que no dejo de ver (y a veces leer) una significativa cantidad de artículos
sobre el tema. Cómo publicar. Cómo mandar un manuscrito. Cómo editar. Cómo
enamorar a un editor. Vamos, que si le hiciera caso a todo lo que ponen en
todos los artículos, o me volvería loco, o tendría un Master en “editología”
(que no existe, no lo busquéis) o dejaría de escribir. No estoy diciendo que no
tengan razón, o parte de razón en todo lo que ponen (y recomiendo hacer caso a
lo que está expresado de forma esquemática, libre de pasiones), pero vamos a
ver ¿escribes para editar, o escribes porque te gusta? Yo creo que eso es lo
primero que uno ha de tener claro. Desde luego que a todos nos gusta que
nuestro trabajo llegue a los lectores, aunque hoy en día existen muchas formas
de conseguirlo; supongo que depende de lo resolutivos o vanidosos que seamos,
como para escoger un camino u otro.
No me creo con derecho a hablar
de otros autores y por eso me limitaré a hablar de mí. La mitad de mis trabajos
pululan gratis por internet y han llegado hasta sitios que jamás me habría
imaginado. Gano dinero = No. La gente lee mi trabajo = Sí. También he publicado
en plataformas de internet (como Amazon) y me han comprado. Gano dinero = no
mucho. La gente lo lee = Sí. Por supuesto que me he informado y me sigo
informando sobre el mundo editorial; y hasta creo que he hecho buenos amigos,
pero excepto una novela (en mis comienzos) no volví a mandar nada a ninguna
editorial. No es que no le de importancia, sino que me da igual. Escribo para
viajar, para vivir aventuras, para divertirme, para conocer a personajes
singulares… vamos, por las mismas razones que me gusta leer, ir al cine,
escuchar música, etc…
Opción 1: Escribir = Pasión =
Diversión
Opción 2: Escribir = Ambición =
Calentamiento de cabeza
La obsesión de un escritor ha de
ser la de escribir, y no la de publicar. Tú escribe, y escribe, y escribe, y
mejora, y aprende, y comparte, y escribe sin parar… que todo llegará.