Uno de los grandes retos de un escritor, es el de
crear una historia que fusione la realidad con la ficción, y viceversa. He
tenido el placer de descubrir la imaginación de gente maravillosa, y he de
admitir que la mente de José Mariño entra en esa categoría. Halagos aparte,
Jugando con fuego es el primer libro de una trilogía que ha dado mucho de qué
hablar, y seguirá dando guerra durante mucho tiempo.
En sus páginas nos encontraremos con el mundo
actual, pero visto desde otro punto de vista. El de la inmortalidad mortal. Suena
a contradicción, ¿vedad? Y lo es, pero os aseguro que conforme os adentréis en
este mundo y sus personajes, de repente todo cobrará un sentido tan profundo,
que incluso llegaréis a dudar de si la realidad es tal y como la percibimos, o puede
que sea como nos la presenta el autor. Bien, dicho esto, no me toméis por loco,
que ya sé diferenciar entre lo real, lo mágico y lo irreal. ¿He dicho mágico?
Bueno, pretendía decir asombroso. ¡O puede que no!
Os aseguro momentos de acción aderezada con
misterio, intriga adornada con historia, amor enmascarado por odio y mucho,
pero que mucho más. Adoraréis numerosos personajes que más tarde despreciaréis,
y renegaréis de otros para luego desear que sigan con sus peripecias. Un mundo
que une la realidad con una ficción muy propia del realismo mágico, lo
sobrenatural, y lo mundano.
Sé que acabo de decir muchas cosas sin decir nada.
Pero, ¿a que os ha llamado la atención esta historia? No os hagáis los
remolones o las remolonas, y echadle un vistazo. Así por encima, a ver si conseguís
soltar el libro. Es un reto que os propongo. Diversión garantizada en un viaje
sin igual. Por mi parte, enseguida empiezo el segundo libro que, según me ha
asegurado el autor, contiene giros inesperados que me dejarán con la boca
abierta. Y me lo creo. Así que vamos, a leer que son dos días. No vemos en las
novelas.
Alexander Copperwhite