Carga la noche sobre los desprevenidos y los faltos de valor. Morfeo alarga su brazo e intenta tocar sus rostros, sus ojos, sus cabellos y sus almas. Que descansan. El silencio ocupa su lugar en la ruidosa naturaleza, y un manto de estrellas aparece rompiendo la oscuridad. Todo brilla. Desde la casa más cercana hasta el árbol más lejano… nos escondemos. Las noches en las que nos enfrentábamos a nuestras pesadillas, desaparecieron; los momentos en que dudábamos de nuestra supervivencia, son recuerdos lejanos; y mientas disfrutamos de nuestra cobardía insospechada, y vivimos nuestras burguesas vidas, y damos la espalda a lo evidente; la noche del ciclo de la vida de acerca. El hielo y el fuego cubrirá de nuevo nuestro pequeño y frágil planeta, transformándonos en lo que consumimos sin pensar en las consecuencias; combustibles fósiles. Y puede que algún día, cuando la tierra repare el daño que le provocamos, alimentemos el coche de un nuevo ser humano que habrá forzado de nuevo la marcha del ciclo de la vida. Hasta que él también quede consumido por la oscuridad… y la soberbia.
Alexander Copperwhite
Somos así. No tenemos explicación. Entendimos aquello de "carpe diem" como "coge el dinero y corre" en lugar de "aprovecha el tiempo".
ResponderEliminarY cuando nos demos cuenta, será demasiado tarde.
O no: siempre nos queda la esperanza.
Un saludo.
En efecto querido amigo. Somos el producto de una esperanza que termina cuando nos damos cuenta que el tiempo se nos ha acabado. :-) Un fuerte abrazo
EliminarNos vamos acostumbrando a nuestras cómodas vidas. Somos conscientes de la realidad cuando notamos que se ha roto el equilibrio. Entonces es tarde. Qué bien lo has descrito!!!
ResponderEliminarUn abrazo, Alexander.
Gracias querida amiga. Para muchos es dificil comprender que el ser humano no es indestructible, sino que somos mucho más fragiles de lo que creemos. Espero que las siguientes generaciones sean más conscientes de ello. Un fuerte abrazo. :-)
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