jueves, 28 de noviembre de 2013

De todo un poco – La obsesión de editar

Hace muy poco leí en las redes sociales un artículo (consejo) muy bueno que hacía referencia al modo que se ha de proceder en el momento de mandar un manuscrito (novela, trabajo, historia, etc…) a una editorial para que se genere una mínima posibilidad de que te publiquen. Lo cierto es que es de los más interesantes que he leído hasta ahora, menos pretenciosos, menos demagogos y que van directos al grano sin demasiadas florituras. Por ello voy a poner el enlace AQUÍ para que quien quiera consultarlo entre y lo lea.

Aparte de eso, he de reconocer que no dejo de ver (y a veces leer) una significativa cantidad de artículos sobre el tema. Cómo publicar. Cómo mandar un manuscrito. Cómo editar. Cómo enamorar a un editor. Vamos, que si le hiciera caso a todo lo que ponen en todos los artículos, o me volvería loco, o tendría un Master en “editología” (que no existe, no lo busquéis) o dejaría de escribir. No estoy diciendo que no tengan razón, o parte de razón en todo lo que ponen (y recomiendo hacer caso a lo que está expresado de forma esquemática, libre de pasiones), pero vamos a ver ¿escribes para editar, o escribes porque te gusta? Yo creo que eso es lo primero que uno ha de tener claro. Desde luego que a todos nos gusta que nuestro trabajo llegue a los lectores, aunque hoy en día existen muchas formas de conseguirlo; supongo que depende de lo resolutivos o vanidosos que seamos, como para escoger un camino u otro.

No me creo con derecho a hablar de otros autores y por eso me limitaré a hablar de mí. La mitad de mis trabajos pululan gratis por internet y han llegado hasta sitios que jamás me habría imaginado. Gano dinero = No. La gente lee mi trabajo = Sí. También he publicado en plataformas de internet (como Amazon) y me han comprado. Gano dinero = no mucho. La gente lo lee = Sí. Por supuesto que me he informado y me sigo informando sobre el mundo editorial; y hasta creo que he hecho buenos amigos, pero excepto una novela (en mis comienzos) no volví a mandar nada a ninguna editorial. No es que no le de importancia, sino que me da igual. Escribo para viajar, para vivir aventuras, para divertirme, para conocer a personajes singulares… vamos, por las mismas razones que me gusta leer, ir al cine, escuchar música, etc…

Opción 1: Escribir = Pasión = Diversión

Opción 2: Escribir = Ambición = Calentamiento de cabeza

La obsesión de un escritor ha de ser la de escribir, y no la de publicar. Tú escribe, y escribe, y escribe, y mejora, y aprende, y comparte, y escribe sin parar… que todo llegará.


sábado, 23 de noviembre de 2013

De todo un poco – Carta a un… querido amigo

Querido amigo,

Tú que te acercas a aquellas personas que se cruzan por tu camino, que no las miras con desprecio, ni les juzgas por su apariencia. Tú que no buscas más que lo mejor de mí, de mis pensamientos, de mi parecer y de mis acciones. Sí tú… querido amigo; que no te interesa lo que tengo, lo que consigo o lo que me rodea. Sí tú…

Te quiero decir una cosa. Ahora me doy cuenta de que te acercaste a mí, por ti; que no te importaba quién era, porque sólo pensabas en qué era lo que podías quitarme; que no te preocupaba lo que tenía, porque lo querías para ti, y que aceptaba mi manera de ser, porque eso era lo que menos te importaba.

Pero ya me he dado cuenta de quién eres querido amigo, amiga o amiguete. Y en realidad sólo te deseo una cosa: que en tu vida te cruces con más gente como tú, una y otra vez, hasta que por fin dejes de ser como eres.


Alexander Copperwhite

lunes, 18 de noviembre de 2013

En el punto de mira — Ambiciones y Reflexiones, de Belén Esteban

No ha transcurrido mucho tiempo desde que la famosa tertuliana de la televisión presentó un libro de carácter autobiográfico. Tanto la expectación de sus fans, como la disceptación de sus no fans, han generado una publicidad de un valor incalculable. No me gusta ser crítico cuando hay que tratar sobre los gustos de la gente, y por ello no diré nada sobre los fans de Belén, salvo que me parece estupendo que corran a comprar su libro, si eso les apetece y les hace felices.

Ahora:

Quizás debería haber titulado estas líneas de la siguiente manera: Ambiciones y Reflexiones, ¿de Belén Esteban? No creo que me lo vaya a leer, entre otras cosas porque presupongo que ella no ha sido la autora del libro. No me malinterpreten, pero no hay nada más interesante que poder “entrar” en la mente de un autor para así descubrir su mundo, o el que ha plasmado. Sé lo que muchos pensarán, ¿para qué querer entrar en la mente de Belén Esteban? Pues yo qué sé, la respuesta más obvia que se me ocurre es el típico: ¿Por qué no? Aprender es aprender y conocer es conocer. Dicho esto, ahora intentaré imaginarme (que no digo que no sea cierto) que la autora del libro ha sido ella. El lenguaje que suele utilizar es demasiado plano (no significa que sea malo), y cuando uno busca literatura, razonamiento, estructura y ese algo que ata una buena historia en lo que lee, me da la sensación de que aquí no lo va a encontrar. Y el contenido ¿Una vida interesante? Si se buscan emociones, amoríos, pasiones, etc… supongo que sí; pero también se pueden leer las 50 sombras que también trata de ese tema, y, según dicen porque no lo he leído, despierta pasiones utilizando una prosa sencilla. Y al menos utiliza una prosa.

Lo raro:
Me he topado con diversidad de opiniones, que son las que me incitaron a escribir esta nota. Básicamente hay autores que no ven con buenos ojos el lanzamiento de este libro, ya que “invade” el difícil de por sí mundo del escritor. Hombre, yo comprendo ese punto de vista, aunque no lo comparto. Es como si tuviera una pastelería y me molestase que Kinder Bueno promocionase un nuevo huevo de chocolate forrado con barquillo crujiente (que no es mala idea), y me pusiera a quejarme. En primer lugar, las quejas que yo pueda manifestar se transforman en súbita publicidad (como esta notita), y no existe publicidad buena o mala, sino sólo publicidad; y en segundo lugar, cómo vamos a comparar un producto industrial (Kinder) con una labor artesana como puede ser un pastel de triple chocolate. No se puede.

Conclusión:

Yo le deseo lo mejor a esta señora. Sé muy poco de ella (me considero fan friki del cine y de los documentales), pero lo que sí puedo asegurar es que muchos son aquellos que se sienten a gusto con ella; viéndola en la tele, leyéndola sobre ella en las revistas, y ahora… en un libro. No me preocupa para nada su libro, porque no tiene nada que ver con lo que yo escribo, y supongo que mis lectores “están a salvo” de sus garras lingüísticas (aunque nunca se sabe, jejeje). A los que se quejan de que el medio televisivo ofrece un empujón importante a esta gente, sólo les aconsejo una cosa: luchad y acceded a este medio. A los que no les gusta esta señora: no compréis su libro ni la veáis en la televisión. Y a quienes sí les gusta: de momento vivimos en un país libre (más o menos) y haced lo que más os plazca y lo que os hace felices. Que los problemas grabes no hace falta buscarlos… ya vienen solos.


Alexander Copperwhite

domingo, 17 de noviembre de 2013

Si no lo cuento, reviento – Un poco de tabaco y alcohol, por favor

Conforme la crisis coloca entre la espada y la pared a miles de españoles, aumentan los blancos audiovisuales expuestos a todo lo que la “caja tonta” les dispara. Recuerdo la mega campaña publicitaria que se hizo hace unos pocos años en contra de los anuncios de tabaco; y ahora también se está barajando una regulación de los anuncios sobre el alcohol. ¡Bien hecho! Referente al tabaco, el gobierno y los responsables alegaron que se trataba de un producto que perjudicaba seriamente la salud (¿Entonces por qué se vende? Pero este es otro tema a tratar), y creo que la mayoría de nosotros estamos totalmente de acuerdo con el hecho de que es nocivo y adictivo. Más tarde, cuando publicaron las estadísticas, presentaron que su campaña fue un éxito y la venta de tabaco había bajado un porcentaje considerable (y entonces subieron el impuesto). La salud es más importante que el dinero así que obviaremos este pequeño detalle.

Y ahora viene mi pregunta:

¿Cómo demonios es posible que en la televisión nos machaquen constantemente con el Poker, la ruleta, la fortuna, etc…? Me da la impresión de que, en plena crisis, puesto que no encuentran una forma nueva de viciar a los españoles, que mejor idea que la de convertirles en ludópatas. No quiero menospreciar la capacidad del individuo de poder autogestionarse y autocontrolarse, pero cuando veo que esos anuncios se multiplican, sólo puede significar que la “venta” es buena y hay que captar a más “clientes”. Resumiendo, inyectando más enfermedad en las venas de los neoludópatas, con el fin de remover la economía muerta gracias a las desgracias que se pueden cosechar con el juego. También me parece espantoso que estos anuncios estén encabezados por deportistas de élite y personajes importantes. A ver si lo entiendo, el mensaje es: Hagan deporte, no fumen, cuiden la salud, y a jugar la pobre nómina que es divertido. Para comer y eso (que no es importante) no te preocupes que… ¿Jugando ganas? ¿No hace falta porque estamos muy gordos? ¿El arroz blanco es barato? ¿Mañana será otro día?
No digo que se prohíba el juego, pero de tener salas de juego con acceso controlado, a que cualquiera (CUALQUIERA… séase menor, mayor, con trastornos o lo que sea) pueda jugarse su dinero sin tener consciencia de ello (e incluso dinero que no sea suyo) me parece un despropósito. La ludopatía es una enfermedad muy grave y ha destrozado a muchas familias. Regulamos la publicidad en ropa, comida basura, productos sostenibles, tabaco, alcohol, y todo lo que uno se pueda imaginar. Pero cuando se trata de exponer a los espectadores a una adicción que diezma ahorros… no sé, a mí me da mucho en qué pensar.
Juega, juega, juega, juega que es divertido; es lo que nos venden en la televisión durante horas y horas. Este es un mundo de locos, hemos perdido el norte y la caza del dinero es una obsesión. Mientras, la vida se nos escapa de las manos. Y para terminar: Señores responsables, hagan algo de una vez por todas, que por mucho dinero que ganéis no seréis capaces de llevaros ni un céntimo al otro mundo; y estoy convencido de que no merece la pena venderse por tan poco.




Alexander Copperwhite

lunes, 11 de noviembre de 2013

Mi opinión – El encantador de abejas, de Ramón Cerdá

En esta ocasión hablaré de dos cosas. La novela y su formato.

Empecemos por la novela: Tal y como nos avisa Ramón en la introducción de su novela, se trata de un experimento que básicamente se trata de escribir sin añadir muchos diálogos. Lo cierto es que lo consigue… y con creces. En esta ocasión nos presenta varios personajes en diferentes lugares y no sólo; también nos los ubica en distintas épocas. ¿Cuál es el objetivo? Pues tal y como explica el subtítulo, que aparece en la novela, se trata de desmigar la leyenda de Jack el destripador, o mejor dicho… acrecentarla.
Sin lugar a dudas cada párrafo te muestra como paso a paso los cabos sueltos se van atando, sin perder la morbosidad e intriga que despierta esta clase de novelas. He de hablar de forma genérica para no desvelar detalles, pero sí me permitiré a desvelar a los avezados lectores de Ramón, que Consuelo ¡VIVE! No es que haya muerto en las anteriores novelas, pero así es más emocionante. Así que, para ir terminando esta parte, DIGO: desde la Roma más salvaje de la antigüedad, hasta el Londres Victoriano (cómo no), y acercándonos a dos hermanas muy peculiares (dejando apartados otros personajes por descubrir que creo que ha de ser por los propios lectores), cuidado con Jack el destripador, porque podría ser cualquiera y aparecer en cualquier momento…

Ahora veamos el formato: Curioso, manejable, original y flexible. Es como tener un libro del habitual formato, aunque recortado. Ramón le ha puesto el nombre de Bbrick, pero yo lo llamo estuche de maquillaje, porque me recuerda mucho a ese objeto. No es machista ¡NO! Porque corriendo los tiempos que corren, los hombres también llevan de eso en sus carteras. Cavernícola YO, de momento no, pero supongo que todo se andará, ya que mi barba siempre requiere algún que otro retoque. Jejeje. Ahora sin bromas, creo que es un formato revolucionario y que el precio es muy accesible a pesar de la alta calidad. Puede que al principio parezca “raro”, pero lo mismo pasó con los e-readers hasta que nos acostumbramos a ellos. Este formato devuelve el culto al libro en papel y es de fácil lectura… Y muy asequible. Tanto me gustó que yo opté por él para una de mis ediciones. Aunque ya se sabe, para viajes los aviones (así cambio un poco la frase de los colores).