Hace tiempo,
concretamente el abril pasado, en la feria del libro en Barcelona, tuve el
placer de conocer al autor de esta novela y comentar durante un breve espacio
de tiempo su opinión sobre la literatura, la escritura y los libros en general.
Aprovechando la ocasión, cómo no, compré esta novela; a la que ahora comentaré
con la brevedad y sencillez que suelo hacer en mis opiniones.
El protagonista de la
historia es Sancho, un joven que sobrevive a una gran desgracia cuando era niño
y que será azotado por el destino, deparándole momentos buenos y momentos
malos. Todo lo que sucede a su alrededor contribuye para convertirse en el
hombre que la Sevilla de la edad de oro necesita. Un héroe proveniente de la
clase más humilde y castigada de la época. La gente con la que se cruza marcará
su carácter y su conocimiento sobre diferentes “artes”. Como la de robar,
manipular, mentir, combatir, etc… pero lo más importante de todo es el giro que
da el autor a toda la historia, presentando una ciudad sumida en una desgracia,
necesitada de un Robin Hood. O Roberto, como aparece aquí. ¿Confundidos? Cuando
leáis la historia lo comprenderéis.
Existe un nexo entre la
historia de la literatura universal y esta historia. No lo voy a contar, ya que
sería una pena romper el encanto. La novela está escrita de una manera
sencilla, accesible para todos los lectores, adornada con muchos matices,
palabras y objetos de la época. Con ello, Juan Gómez Jurado nos vincula todavía
más con aquella época, recordada por los nostálgicos, pero olvidada por el paso
del tiempo (como es lo normal). Tempus fugit. Y no se puede remediar. Desde
luego he conocido una Sevilla diferente, y cuando la visite de nuevo la miraré
con otros ojos. Con los de Sancho, con los de Miguel, con los de William, o con
los de algún otro protagonista. Sea como sea, la historia tiene un final de
cine, y te arrancará una sonrisa fundida con un suspiro.
Alexander Copperwhite
No hay comentarios:
Publicar un comentario