martes, 21 de junio de 2011

Mi madre ha muerto

            - Su madre ha muerto-. Dijo el funcionario de la oficina de la seguridad social y dos horas más tarde le llamaba la atención, por no dejar de fumar. – El palito de humo, mata. ¿No te das cuenta?-. Como siempre me miró ensimismada y me ignoró.
            ¡Es cierto! Según el registro de la seguridad social mi madre ha muerto junto a mi tía de ochenta y tantos años. Las dos a la vez, ocupando el mismo espacio y tiempo. Ataúd, cámara, perifollos y demás utensilios relacionados con la defunción. Eso sí; tienen el mismo nombre, y de ahí quizás surge la confusión. En realidad mi madre no está muerta sino que aún batalla contra sus inquietudes y paranoias como el resto de los mortales. Sigue formulando la eterna, empalagosa e incontestable pregunta de ¿qué comemos hoy? Y nadie lo sabe.
            Bien… se presentó para solucionar el “pequeño” error administrativo al que un funcionario incurrió. Válgame Dios, y que nos pille confesados frente al feroz asesino de medias tintas y clips envenenados, de perspicacia Quijotesca. No por su nobleza, sino por su despiste. – Buenos días-. Dijo mi madre y el funcionario la miro con una fogosa mirada de besugo. Ahogado por su café de la mañana que dura desde las ocho hasta las doce, pero que nunca está frío. ¿Por qué será? Bueno… Le mostró el DNI, le sonrió, imitando la imagen en la foto del DNI, y le aseguró que no estaba muerta. El funcionario, no se lo creyó y le pidió un documento que según sus palabras – Debe demostrar que es pobre-. ¿…? ¿Qué quieres buen hombre? ¿Te enseña las bragas con agujeritos en la parte trasera? ¿Te trae la caravana móvil de cartón de Siemens junto al recibo del Mercadona de la compra de dos tetrabricks de Don Simón? Bueno, barato y peleón.
            En fin… qué más decir. Todos los días suceden cosas, que parecen mentira. El funcionario no tiene el toque que empleó Jesus con Lázaro. Eso es verdad. Pero creo que Jesus lo tuvo un poquito más difícil, ya que Lázaro estaba muerto de verdad, y no de mentira. ¿Por qué no levantamos la mirada unos segundos? ¿Por qué no tratamos con personas en vez de con números? Si no creen a mi madre. Os puedo asegurar que esta vivita y coleando y si Dios quiere (y deja de fumar), seguirá viva durante muchos años más.      

Alexander Copperwhite

1 comentario:

  1. Muy fresco la verdad ^^ Pienso que en general el ser humano huye del ser humano, puede resultar más fácil (no quiero decir que mejor) tratar con números que con personas.
    Yo creo que el estado de bienestar + capitalismo han propiciado una despersonalización masiva que lleva a la muerte emocional de las personas. En realidad los valores se van perdiendo, el amor no es como antes y el individualismo, la despreocupación por el prójimo se va acentuando a cada paso "evolutivo" (por llamarlo de alguna manera). Triste... somos corderitos con códigos.

    ResponderEliminar