A lo largo de estos años, he
leído muchos artículos que hablan de los escritores y del camino que han de recorrer.
He encontrado opiniones de todo tipo; alentadoras, desalentadoras, crudas,
realistas, soñadoras, desproporcionadas, tediosas, graciosas, humanas. En el
fondo creo que todas ellas (como todo lo que leo) han llegado a formar parte de
mí, séase porque no las comparto o porque sí, pero siento que en todas ellas
existe un nexo: Hablan del escritor, de la historia, de la manera de escribir e
incluso de promocionarse… omitiendo, para mi punto de vista, lo más importante.
Para aquellos que nos gusta la
literatura, escribir nos hace viajar, ser dueños y señores del universo.
Poseedores de un poder infinito: el de crear y destruir, creando lo increíble
aunque imaginable. Sinceramente yo pienso que lo más importante en la vida es
ser feliz, y cuando nos enfrentamos al folio o a la pantalla en blanco debemos
de estar tranquilos y en paz con nosotros mismos para poder volar. Si eres
feliz, llegas al espacio atravesando las algodonadas nubes, y te deslizas como
una pluma de oca hasta posarte bajo un árbol a los pies del Kilimanjaro. La
esencia de la escritura reside en la libertad de nuestra mente.
Sé que esto no ayuda mucho en el
momento de tomar decisiones sobre la promoción, la organización y la estrategia
de ventas; ni siquiera nos ayudará en escoger género… enlace y desenlace de una
historia. Pero qué somos los escritores, sino víctimas de nuestras propias
ideas. Condenados al olvido… pero viviendo a través de nuestras historias. Ser
escritor no es una decisión, es un camino que debemos recorrer. Y durante el
trayecto, quizás, y sólo quizás, alguna de nuestras historias consigan atrapar
una lágrima de un lector, un suspiro de un joven, un escalofrío de una lectora.
Pero todo eso qué importa, si escribir nos hace felices.
Muy bonito Alexander. Gracias por tu bellas y sabias palabras
ResponderEliminarGracias a ti por acercarte querido amigo. :-)
EliminarEstoy de acuerdo contigo, Alexander. Somos víctimas de nosotros mismos. ¿Quién puede detener a una mente inquieta y soñadora? Dejémosla volar y ser libre, para que otros también disfruten.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
Es un placer compartir las mismas inquietudes. Siempre es un gusto tenerte por estos humildes rincones querida amiga y compañera. :-)
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