El autor no para de sorprendernos
con cada página que leemos, con cada situación que describe, y todo a través de
su original protagonista con el que algunos, más que otros, podrá identificarse…
más o menos. Desde su casa, hasta la de su suegra, desde España hasta la muralla
China (y mucho más) y al final de vuelta al principio. ¿De qué va? ¡Aahhhh! No
os lo quiero contar, porque si la vida no estuviera llena de sorpresas, para
qué vivirla. Y si no entendéis esta pequeña moreleja, lo único que tenéis que hacer
es leeros Amén.
Alexander Copperwhite
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