Esta mañana me fui al banco (sin
comentarios, y eso que era para ingresar y no para pedir) y después me acerqué
a correos porque los buzones de mi piso los han roto (alguien que se aburría
mucho… supongo). En fin, lo que parecía que iba a ser un día soleado, pero con
algún que otro adjetivo calificativo dirigido a todo lo que desagrada, se
transformó en un día soleado y lleno de positividad. El cartero me entregó un
paquete con dos novelas de Ramón. Bueno, en realidad era una, aunque en dos
formatos distintos. Lo que más me alegró no ha sido el hecho de recibir este
regalo (que ayuda muuuucho) sino el hecho de que Ramón Cerdá esté interesado
por mi opinión sobre su novela “El encantador de abejas”, y también referente a
qué formato me parece mejor y más atractivo.
Pero de su trabajo hablaré en “Mi
opinión” ya que ahora me voy a centrar un poquito en él. Nos conocimos cuando
presentó un libro de un colega mío, y compartimos mesa en la distancia. Distancia
que cuando el acto terminó, nos levantamos de nuestras respectivas esquinas para
saludarnos como si nos conociéramos desde siempre. Eso sí, con la educación, la
seriedad y el respeto que Ramón inspira a quienes le rodean. Siempre con una
sonrisa en la boca, está dispuesto a escucharte sin hablar todo el rato de sus
novelas y de su trabajo. Por supuesto que la literatura es uno de los temas
principales, pero no el único. Desde entonces hemos coincidido en otras
ocasiones y he de admitir que él siempre está dispuesto a colaborar en mis
disparates (no es que sean muchos, y aunque sólo fuese uno bastaría). Por
ejemplo, en una presentación que hice en Valencia, y que llegué cinco minutos
tarde porque me perdí, nada más entrar nos vimos, nos estrechamos la mano, y le
dije que me iba a presentar él. Ya ves. Iba superpreparado. Y ante el único
reproche de “eso se avisa antes”, sonrió y me presentó. Parece fácil, pero en
realidad es muy inusual y un marrón.
Pienso que es una de esas personas
que puede parecer demasiado seria, pero que enseguida extienden la mano para
apoyar a otro sin pedir nada a cambio. Como muchos otros escritores, se ha
enfrentado a la quimera editorial y ha labrado su propio camino. No hablaré de
los miles de seguidores o las centenas de miles de libros que ha vendido, pero
sí mencionaré el hecho de que ha creado una “pequeña” editorial-imprenta, donde
por muy, muy, muy poco, cualquier autor puede ver su libro en papel. Y lo digo
en serio, a veces creo que incluso pierde dinero. En una ocasión me dijo que lo
hacía porque le gustaba, y porque estaba harto de que no existiera una
alternativa sencilla y honesta para los escritores. Sencilla y honesta. No es
que otras no lo sean, pero no las conozco. Le he catalogado en las personas que
“importan”, porque así es como lo siento. Y puesto que hoy me has alegrado el
día, te mando un saludo y un abrazo
querido amigo.
Quien conoce a Ramón... siempre lo tendrá como a uno de sus mejores amigos, es un tío muy noble y legal, te lo digo por conocimiento própio, ya hace años que tuve la oportunidad de conocerlo, y sin duda alguna, es uno de mis mejores "Amigos".... y yo uno de sus más devotos seguidores... Bienvenido al Club ALEXANDER, de Ramón uno nunca se olvidará "En La Vida", personas como él quedan muy pocas en esta sociedad.- Saludos desde Barcelona, de un auténtico lector devora-libros.-
ResponderEliminarGran persona, sí... ;)
ResponderEliminarGrandes los dos.
ResponderEliminarAbrazos.