Una de las grandes ventajas de viajar, y de hablar varios
idiomas, es conversar con diferentes tipos de personas, en distintos lugares,
en diversas circunstancias. También es muy interesante ver las noticias de cada
lugar que, aunque parezca mentira, cada uno cuenta una versión diferente.
Bueno, creo que el comentario de la veracidad de dicho hecho sobra, ya que
incluso en nuestro propio país nos encontramos con cadenas que interpretan una
noticia a su manera, mientras otras le dan otro sentido. Digamos que existen
diferentes puntos de vista.
En fin. Yo siempre he sido un defensor de la unidad. La
Unión Europea era un sueño que comencé a vivir desde pequeño, pero que con el
paso del tiempo, los grandes intereses convirtieron esa idea en un producto
comercial. Lo exprimieron, y continúan exprimiéndolo, hasta tal punto, que los
pobres son más pobres, y ellos, los ricos, son más ricos.
Muchas son las voces que piden que el sueño no se apague,
pero hay otras muchas que no pueden soportar el coste económico y de bienestar
que han sacrificado. Dejando aparte las ingentes cantidades de dinero que los
corruptos y los desalmados han llevado a paraísos fiscales. Y es una pena,
porque cuando se han inventado palabras como Grexit (Salida de Grecia), Britexit
(Salida de Gran Bretania), y demás parafernalias, una cosa queda clara. La
familia está rota.
Los alemanes tiraron de la cuerda hasta romperla (una vez
más). Yo también tuve fe en que habían cambiado como nación, o como filosofía,
pero están demostrando que no es así. Este año he estado en varios países, y el
rechazo hacia la “Nueva Raza Aria” como muchos la han denominado, el latente en
todos los rincones. La historia regresó a los años cuarenta, y el odio anidó en
los corazones de los más necesitados. Es una pena. El sueño de una Europa unida
está en peligro.
Como europeo, no respeto los derechos humanos, porque
permito que en mis fronteras mueran refugiados; no respeto la constitución,
dejando de lado a los niños que se encuentran con dificultades para alimentarse.
¡EN EUROPA! Lo pienso y me embarga un sentimiento de vergüenza inimaginable. Me
asqueo por las armas que vendemos a países en guerra, porque codiciamos sus
recursos, para que luego aquí se lucren cuatro gatos. Los de siempre. La Europa
del mañana, la tenemos hoy en nuestras manos. Y no le veo punta al asunto. Me
da pena, y espero que las nuevas generaciones destronen a los reyes de la
codicia y la soberbia, y siembren las semillas de la bondad y la esperanza.
Alexander Copperwhite
Estoy de acuerdo con todo lo que dices. Yo no quiero esta UE y desde luego, no a este precio. No es lo que nos vendieron y me siento estafada. Creo que hemos recorrido un camino, no ya inúti, sino totalmente contraproducente. La UE, como proyecto ya no genera ilusión sino rechazo en muchas personas entre las que me encuentro.
ResponderEliminarPor desgracias, así es. Un fuerte abrazo, estimada amiga.
EliminarEstoy de acuerdo con todo lo que dices. Yo no quiero esta UE y desde luego, no a este precio. No es lo que nos vendieron y me siento estafada. Creo que hemos recorrido un camino, no ya inúti, sino totalmente contraproducente. La UE, como proyecto ya no genera ilusión sino rechazo en muchas personas entre las que me encuentro.
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