Los viejos compañeros se amarran unos a otros con la esperanza de que los cabos que les unen, aguanten las peores tormentas. Ventiscas de aguacero pinchan como centenas de agujas los rostros de los dos aventureros que, contra viento y marea, navegan por aguas profundas en busca de un puerto amigo o una cala donde resguardarse. Durante el periplo, siete gargantas de siete leonas pretendían tragarse al mono, y siete sirenas provenientes de los siete mares, se enamoraron del capitán. Leven anclas, abriolad las velas, limpien la lantía, y arreando. El mono sólo le miraba con ojos vagos e intenciones perezosas. Y el capitán se enfadó… y cuando se dio cuenta se había caído del sofá, apagó la tele y refunfuñó… mira que soñar con monos...
Alexander Copperwhite
Alexander Copperwhite
No hay comentarios:
Publicar un comentario